Cuando se dice que varias personas, ante un mismo problema, ha arrimado el hombro y han actuado como un solo hombre, se quiere poner de manifiesto que todos han obrado de común acuerdo, buscando la misma solución. Así puede entenderse la sociedad: un cuerpo cuyos miembros son seres humanos que conviven, siempre que por convivencia se entienda no el mero vivir juntos sino la ayuda recíproca. Cuando se cumplen estos requisitos de una forma estable, hay sociedad: desde una familia hasta una confederación de Estados, pasando por una asociación profesional, un equipo deportivo, un sindicato, un colegio…
La visión clásica de la vida social pone el fin de la misma en el bienestar, en una vida buena que se logra gracias a la convivencia, siendo la propia convivencia o amistad en sentido amplio una parte importante de lo que entendemos por bienestar. Varias son las condiciones para que sea posible esta convivencia positiva. En primer lugar, ha de ser libre y pacífica. Salvaguardar esta paz es misión de la autoridad legalmente constituida. También es necesario un lenguaje: instrumento perfecto para compartir conocimientos y sentimientos, valores y proyectos, y para organizar un conjunto más o menos heterogéneo de personas. Toda sociedad es un sistema de comunicación y de intercambio, y lo primero que se intercambia son las palabras.
Para realizar el intercambio devienes útiles y necesarios, el ser humano ha inventado un medio que mide los bienes repartibles: el dinero. Se trata de una convención universal, como el mismo lenguaje, y hace posible, en la práctica, la vida social. La vida social necesita la división inteligente del trabajo. Toda división de funciones requiere, para ser aceptada, el prestigio y la fuerza de la autoridad. Sin autoridad que reparta la tarea común y garantice su cumplimiento, no hay sociedad sino caos. La autoridad también se encarga de repartir los bienes que son escasos, con un criterio justo. La justicia es el gran fundamento de la vid social.
La realización de las condiciones señaladas hace posible construir la estructura dinámica de la vida social por medio de las instituciones: sociedades intermedias donde se hace efectiva y se concreta toda la libertad y diversidad de la vida común.
Los rasgos de las instituciones son:
-Un fin común: la salud en un hospital.
-Un patrimonio común: las camas, el instrumental.
-Una tarea común: realizada de forma coordinada.
-Una ley común: las normas de funcionamiento interno.
-un tiempo en común: el necesario para lograr el fin de la institución.
Estas características compartidas hacen de toda institución una forma de vida más o menos comunitaria, especialmente apta para el desarrollo de la amistad. Las instituciones son, por lo dicho, el modo más humano de vivir en sociedad, y la madurez de una sociedad se mide por la calidad de sus instituciones.
Existen seis instituciones fundamentales, derivadas de las necesidades humanas:
a) El ser humano es un ser familiar; no se da la existencia a sí mismo: nace como hijo o hija y deberá crecer, reproducirse y morir en familia. La familia es la primera y más básica institución humana.
b) Para subsistir, el ser humano necesita producir y comercializar la producción. La institución fundamental que cubre ambas necesidades se llama empresa.
c) La sociedad sólo es salvada del caos si existe una autoridad capaz de garantizar el triunfo de la justicia. Nacen así las instituciones jurídicas, que integran el poder legislativo, el administrativo, el judicial y el policial, y también otro poder necesario para mandar sobre los anteriores: el ejecutivo, ejercido por el Gobierno. Muchas de estas instituciones son también políticas.
d) La necesidad humana de aprender es cubierta por las instituciones educativas. Entre otras ventajas, la educación le permitirá trabajar y ganar lo necesario para vivir.
e) El cuerpo humano es vulnerable. Por eso son necesarias instituciones que cuiden al enfermo, que le protejan, le amparen, le asistan y le ayuden a salir de la postración. Nos referimos a las instituciones asistenciales. Entre ellas, las más importantes son las sanitarias.
f) Las instituciones morales y religiosas se encargan de conservar y transmitir valores fundamentales que otorgan coherencia a cada grupo humano.
(J.R. Ayllón y B. Gutiérrez y M. G. Blasco. Filosofía y ciudadanía. Editorial Ariel Filosofía. Barcelona. 2019)